De este tipo de cumbres globales, en el que se cruzan tanto intereses individuales, es complicado que salgan conclusiones satisfactorias para todas las partes. Las distintas velocidades en la que se mueven los países provoca de la misma manera que los objetivos y/o prioridades sean distintos. Me da la impresión que se consiguen acuerdos de mínimos, que solo consiguen más, un «lavado de cara» ante la opinión pública de los gobernantes de turno, que una intención decidida de todos ellos para la consecución de los objetivos necesarios a nivel global.
